Agua y harina. Eso es todo lo que se necesita para hacer masa madre. Esta sencillez explica probablemente por qué existe desde hace más de cinco mil años. Desde el antiguo Egipto hasta la Europa actual, esta masa fermentada ha formado parte de nuestra vida cotidiana durante mucho tiempo, en todo el mundo. En los países hispanohablantes, la masa madre se transmitía tradicionalmente de madre a hija, como regalo de bodas para ayudar a alimentar a la siguiente generación, Sin embargo, era necesario refrescar el fermento de la masa madre, un proceso siempre largo y aburrido para los panaderos.
Así fue hasta 1857, cuando Louis Pasteur hizo historial descubrir un método de producir levadura a escala comercial. Su hallazgo facilitaría el control del proceso de fermentación y conduciría a un rápido crecimiento de la producción de pan, La levadura de panadería era el nuevo ingrediente milagroso y los cinco mil años de tradición de la masa madre parecían perderse en la historia. Pero la Maison du levain (la casa de la masa madre), que forma parte del centro del sabor del pan, afirma lo contrario. La Maison du Levain no es un museo, sino un sitio de encuentro y un centro de conocimientos. Aquí, el pasado, el presente y el futuro de la masa madre se enseña a los visitantes de forma didáctica y atractiva. Esto demuestra que, incluso hoy en día, se puede desarrollar una visión de futuro basada en una tradición de miles de años. Una visión en la que la masa madre desempeña un papel activo y central.